Cinco buenas prácticas de ciberseguridad que toda organización debería ejecutar periódicamente

Las tecnologías de vanguardia como la inteligencia artificial (IA) son disruptivas en un gran número de sectores, incluyendo el del cibercrimen. Es por ello que la seguridad digital seguirá siendo fundamental en el 2025. De acuerdo con expertos, estas son cinco buenas prácticas que las organizaciones deberían acometer este nuevo año para reforzar su ciberseguridad e involucrar a sus empleados de manera efectiva:

Evaluar periódicamente las herramientas digitales que utiliza la organización

Una estrategia de ciberseguridad sólida comienza con una evaluación honesta de las herramientas que componen el conjunto de tecnologías de la organización. No se trata solo de tener lo último y lo mejor, sino de garantizar que estas herramientas sean eficaces y estén alineadas con las necesidades reales de la organización. Es recomendable realizar auditorías y reevaluar periódicamente estos programas.

Invertir en capacitación digital a los empleados

El factor humano sigue siendo uno de los principales objetivos de la ciberseguridad, por lo que la formación continua de los empleados es una prioridad innegociable. La brecha digital persiste mientras que los atacantes perfeccionan constantemente sus tácticas. Para mantenerse a la vanguardia, las organizaciones deben:

  • Ofrecer educación periódica sobre amenazas como el phishing
  • Enfatizar métodos de entrenamiento interactivos
  • Evaluar periódicamente a los empleados para garantizar la retención de conocimientos

Esta capacitación no debe limitarse al personal de primera línea. Los ejecutivos y los encargados de la toma de decisiones también deben estar capacitados para reconocer las amenazas y comprender su papel en la mitigación de los riesgos. 

Al fomentar una cultura de concienciación, las organizaciones pueden reducir significativamente las vulnerabilidades derivadas del error humano.

Organizar simulaciones realistas

Una de las buenas prácticas de ciberseguridad es poner a prueba las defensas de la organización en un entorno controlado puede revelar debilidades y preparar al equipo para situaciones del mundo real. Los ejercicios con ‘fuego real’, en los que se lanzan ataques simulados contra los sistemas de la empresa, ofrecen información valiosa.

Al poner a prueba tanto los controles como al equipo, estas simulaciones garantizan que la organización esté preparada para responder con rapidez y eficacia a incidentes reales.

Parchear vulnerabilidades de forma proactiva

Muchos ciberataques explotan vulnerabilidades conocidas que no se han corregido, a veces durante años. Las organizaciones deben priorizar la gestión de vulnerabilidades para contrarrestar estos ataques. 

Para adelantarse a los adversarios, es necesario actuar con diligencia y comprometerse a mantener todos los sistemas actualizados. Descuidar este paso es como dejar la puerta de entrada abierta a los ladrones.

Mejorar los planes de respuesta y recuperación ante incidentes

La respuesta y la recuperación ante incidentes son procesos continuos que requieren un perfeccionamiento constante. Una preparación eficaz implica más que simplemente tener un plan: se trata de garantizar que el plan sea viable y se pruebe periódicamente. Para lograrlo, las organizaciones deben:

  • Centrarse en las personas, los procesos y la tecnología implicados en la recuperación
  • Identificar a las partes interesadas clave más allá del equipo de seguridad, como proveedores externos, proveedores de seguros y equipos de TI
  • Documentar los flujos de trabajo y crear manuales detallados para escenarios específicos
  • Realizar simulacros anuales para ensayar y mejorar los planes de respuesta

Un plan de recuperación bien practicado minimiza el tiempo de inactividad y las pérdidas financieras, lo que permite a las organizaciones recuperarse rápidamente después de un incidente.

Consideraciones finales

La base de un programa de seguridad digital exitoso en las organizaciones reside en la cooperación entre las personas, los procesos y la tecnología. Al revisar los aspectos básicos y centrarse en estas cinco buenas prácticas de ciberseguridad, las empresas pueden construir una defensa sólida contra las amenazas cibernéticas y, al mismo tiempo, mejorar su capacidad de respuesta y recuperación.

Continúa leyendo: Conoce el primer microscopio del mundo fabricado 100 % con impresión 3D

Las tecnologías de vanguardia como la inteligencia artificial (IA) son disruptivas en un gran número de sectores, incluyendo el del cibercrimen. Es por ello que la seguridad digital seguirá siendo fundamental en el 2025. De acuerdo con expertos, estas son cinco buenas prácticas que las organizaciones deberían acometer este nuevo año para reforzar su ciberseguridad e involucrar a sus empleados de manera efectiva:

Evaluar periódicamente las herramientas digitales que utiliza la organización

Una estrategia de ciberseguridad sólida comienza con una evaluación honesta de las herramientas que componen el conjunto de tecnologías de la organización. No se trata solo de tener lo último y lo mejor, sino de garantizar que estas herramientas sean eficaces y estén alineadas con las necesidades reales de la organización. Es recomendable realizar auditorías y reevaluar periódicamente estos programas.

Invertir en capacitación digital a los empleados

El factor humano sigue siendo uno de los principales objetivos de la ciberseguridad, por lo que la formación continua de los empleados es una prioridad innegociable. La brecha digital persiste mientras que los atacantes perfeccionan constantemente sus tácticas. Para mantenerse a la vanguardia, las organizaciones deben:

  • Ofrecer educación periódica sobre amenazas como el phishing
  • Enfatizar métodos de entrenamiento interactivos
  • Evaluar periódicamente a los empleados para garantizar la retención de conocimientos

Esta capacitación no debe limitarse al personal de primera línea. Los ejecutivos y los encargados de la toma de decisiones también deben estar capacitados para reconocer las amenazas y comprender su papel en la mitigación de los riesgos. 

Al fomentar una cultura de concienciación, las organizaciones pueden reducir significativamente las vulnerabilidades derivadas del error humano.

Organizar simulaciones realistas

Una de las buenas prácticas de ciberseguridad es poner a prueba las defensas de la organización en un entorno controlado puede revelar debilidades y preparar al equipo para situaciones del mundo real. Los ejercicios con ‘fuego real’, en los que se lanzan ataques simulados contra los sistemas de la empresa, ofrecen información valiosa.

Al poner a prueba tanto los controles como al equipo, estas simulaciones garantizan que la organización esté preparada para responder con rapidez y eficacia a incidentes reales.

Parchear vulnerabilidades de forma proactiva

Muchos ciberataques explotan vulnerabilidades conocidas que no se han corregido, a veces durante años. Las organizaciones deben priorizar la gestión de vulnerabilidades para contrarrestar estos ataques. 

Para adelantarse a los adversarios, es necesario actuar con diligencia y comprometerse a mantener todos los sistemas actualizados. Descuidar este paso es como dejar la puerta de entrada abierta a los ladrones.

Mejorar los planes de respuesta y recuperación ante incidentes

La respuesta y la recuperación ante incidentes son procesos continuos que requieren un perfeccionamiento constante. Una preparación eficaz implica más que simplemente tener un plan: se trata de garantizar que el plan sea viable y se pruebe periódicamente. Para lograrlo, las organizaciones deben:

  • Centrarse en las personas, los procesos y la tecnología implicados en la recuperación
  • Identificar a las partes interesadas clave más allá del equipo de seguridad, como proveedores externos, proveedores de seguros y equipos de TI
  • Documentar los flujos de trabajo y crear manuales detallados para escenarios específicos
  • Realizar simulacros anuales para ensayar y mejorar los planes de respuesta

Un plan de recuperación bien practicado minimiza el tiempo de inactividad y las pérdidas financieras, lo que permite a las organizaciones recuperarse rápidamente después de un incidente.

Consideraciones finales

La base de un programa de seguridad digital exitoso en las organizaciones reside en la cooperación entre las personas, los procesos y la tecnología. Al revisar los aspectos básicos y centrarse en estas cinco buenas prácticas de ciberseguridad, las empresas pueden construir una defensa sólida contra las amenazas cibernéticas y, al mismo tiempo, mejorar su capacidad de respuesta y recuperación.

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