Un estudio de la Agencia Internacional de Energía (AIE) indicó que la demanda mundial de energía creció un 2,2 % en 2024, superando el promedio de los últimos diez años. Este aumento se atribuye al incremento en el consumo de electricidad a nivel global.
Más del 80 % de este crecimiento provino de economías emergentes y en desarrollo, a pesar de que China experimentó una desaceleración en su incremento el año anterior.
Después de varios años de disminuciones, las economías avanzadas también mostraron un crecimiento, con un aumento total en su demanda de energía de casi un 1 %, según la AIE.
La expansión de la demanda mundial de energía en 2024 fue impulsada principalmente por el sector eléctrico, que vio un aumento en el consumo global de electricidad de casi 1100 teravatios-hora (4,3 %), cifra que casi duplicó el promedio anual de la última década.
Este incremento en el consumo eléctrico se atribuye a temperaturas globales récord, así como al aumento del consumo en la industria, la electrificación del transporte, el crecimiento de los centros de datos y la inteligencia artificial (IA).
¿Qué hay de los combustibles fósiles?
Como consecuencia del mayor consumo energético, el gas natural registró el mayor aumento en demanda entre los combustibles fósiles en 2024, con un incremento de 115 mil millones de metros cúbicos (bcm), o un 2,7 %, en comparación con un promedio de aproximadamente 75 bcm anuales en la última década.
Por otro lado, la demanda de petróleo creció a un ritmo más moderado, con un aumento del 0,8 %. La participación del crudo en la demanda total de energía cayó por debajo del 30 % por primera vez en la historia, 50 años después de haber alcanzado un máximo del 46 %.
Las ventas de vehículos eléctricos jugaron un papel “considerable” en la reducción de la demanda de petróleo para el transporte por carretera, según afirmó la AIE.
Las fuentes de energía limpia al rescate
La adopción acelerada y constante de tecnologías de energía limpia ha limitado el incremento anual de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) asociadas a la energía, las cuales se están desvinculando progresivamente del crecimiento económico, según el informe.
Las temperaturas récord han tenido un impacto considerable en el aumento anual del 0,8 % de las emisiones globales de CO2, alcanzando un total de 37 800 millones de toneladas.
No obstante, la implementación de energía solar fotovoltaica, eólica, nuclear, vehículos eléctricos y bombas de calor desde 2019 ha prevenido la emisión de 2600 millones de toneladas de CO2 anualmente, lo que representa el 7 % de las emisiones globales.
En las economías avanzadas, las emisiones de CO2 se redujeron en un 1,1 %, alcanzando los 10 900 millones de toneladas en 2024, un nivel no visto en medio siglo, a pesar de que el producto interno bruto acumulado de estos países es ahora tres veces mayor.
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