A pesar de su pequeño tamaño, la nanotecnología tiene un enorme impacto en la Internet de las cosas (IoC), de allí su relación. En la actuualidad, los ingenieros experimentan con todo tipo de cosas, desde una batería a escala nanométrica para dispositivos de la IoT hasta una pantalla de visualización basada en nanomateriales.
A pesar del potencial de esta tecnología, su implementación plantea preguntas: ¿qué sentido tienen los objetos a escala nanométrica conectados a Internet?
La relación entre la nanotecnología y el IoT
La nanotecnología es una rama de la ciencia dedicada a descubrir, diseñar y desarrollar inventos a escala nanométrica mediante la manipulación de materiales a escala casi atómica.
Un nanómetro es una milmillonésima parte de un metro, lo que lo hace invisible a simple vista. Como referencia, un cabello humano tiene unos 100 000 nanómetros de ancho.
Aunque la nanotecnología puede parecer un campo lejano y futurista, existe desde hace décadas.
La integración de la nanotecnología en la IoT suele implicar que los ingenieros coloquen nanoestructuras (estructuras diseñadas a escala nanométrica) en objetos conectados a Internet. Pueden utilizar nanopartículas para crear nanomateriales o nanofluidos. Reemplazar los componentes convencionales permite mejorar el dispositivo original.
Hay varios ejemplos de nanotecnología integrada en dispositivos o componentes de IoT: que explican su relación
Batería nanotecnológica para IoT
Todos los objetos conectados a Internet necesitan energía. La mayoría utilizan baterías porque no están diseñados para permanecer conectados constantemente a una toma de corriente. Una batería nanotecnológica para IoT tiene una densidad energética mayor que una convencional, aunque es más pequeña, lo que permite que los dispositivos se carguen más rápido y duren más tiempo entre cargas.
Las baterías de óxido de titanio y litio son un ejemplo, ya que utilizan nanocristales de titanato de litio en la superficie de un componente en lugar del material convencional. Pueden mantener el 80 % de su capacidad después de 25 000 ciclos de carga, lo que significa que pueden descargarse y recargarse decenas de miles de veces antes de mostrar signos de desgaste.
Nanomateriales para pantallas
Ya existen múltiples pantallas nanotecnológicas en forma de OLED y QLED. Los ingenieros utilizan nanomateriales transparentes, fotoluminiscentes o electroluminiscentes para la mayoría de los televisores y teléfonos modernos. Esta opción da como resultado un menor consumo de energía, una mayor duración de la batería para los dispositivos IoT y colores más puros en la pantalla.
Procesadores nanotecnológicos para IoT
Los sistemas IoT tienen procesadores integrados. Estos pequeños componentes procesan datos para que el dispositivo pueda funcionar correctamente e intercambiar información.
El objetivo de la nanotecnología en este caso es la miniaturización. Cuanto más espacio haya, más transistores podrán caber. Dado que los productos electrónicos de consumo son cada vez más pequeños, la reducción de tamaño es importante.
¿Por qué integrar la nanotecnología al IoT?
La miniaturización es una de las principales razones por las que las empresas integran la nanotecnología en la IoT. La reducción de tamaño permite a los ingenieros ahorrar espacio e incorporar más componentes en su diseño, lo que podría mejorar el rendimiento informático y la eficiencia energética.
Dado que los dispositivos como teléfonos, computadoras portátiles y relojes inteligentes se vuelven cada vez más pequeños, es fundamental que sean más compactos.
Otro beneficio de la integración de la nanotecnología en objetos conectados a Internet es la eficiencia energética.
La incorporación de nanomateriales, nanofluidos o nanoestructuras en una batería para IoT puede mejorar su capacidad, estabilidad, velocidad de carga, conductividad o regulación térmica. Estas fuentes de energía a escala nanométrica almacenan más energía en menos espacio.
La sostenibilidad es un beneficio que suele pasarse por alto. Si los dispositivos IoT fueran más pequeños y más eficientes energéticamente, se reduciría la huella de carbono de las instalaciones de fabricación y los centros de datos. El mundo podría reducir significativamente su consumo de electricidad si todos adoptaran tecnologías basadas en nanotecnología.
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